Publicado por
Genesis Thompson
El cuidado de la naturaleza como necesidad ética
A partir de todo lo establecido, queda claro que nuestra relación con la naturaleza es intrínseca. No podríamos existir sin ella, sin todos sus recursos y elementos, sin todo lo que la hace tan perfecta, bella y peligrosa. Como seres racionales, depende de nosotros hacer el esfuerzo necesario para que todo lo que ella nos brinda siga existiendo en las condiciones más originales posibles, para que siga siendo fuente de recursos y de belleza, para que otros seres vivos puedan pervivir al lado nuestro en el complejo planeta en que vivimos.
Es importante comprender entonces que el cuidado del Medio Ambiente no sólo nos permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y todo lo que la naturaleza ha creado en millones de años de evolución, sino que será además una forma de poder cuidarnos a nosotros mismos, como miembros de dicho ecosistema, como quienes necesitan de él y deben protegerlo por su propio bienestar, evitando los desequilibrios que puedan terminar con nuestra supervivencia, que destruyan la belleza y la armonía de la naturaleza, que dejen marcas imborrables en ella y pongan en peligro la vida. Nuestra responsabilidad es total frente a estos problemas y por lo tanto debemos actuar en consecuencia para asegurarnos la vida que nos pertenece y la de los demás seres vivos que sufren estos cambios sin poder hacer nada al respecto.
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A partir de todo lo establecido, queda claro que nuestra relación con la naturaleza es intrínseca. No podríamos existir sin ella, sin todos sus recursos y elementos, sin todo lo que la hace tan perfecta, bella y peligrosa. Como seres racionales, depende de nosotros hacer el esfuerzo necesario para que todo lo que ella nos brinda siga existiendo en las condiciones más originales posibles, para que siga siendo fuente de recursos y de belleza, para que otros seres vivos puedan pervivir al lado nuestro en el complejo planeta en que vivimos.
Es importante comprender entonces que el cuidado del Medio Ambiente no sólo nos permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y todo lo que la naturaleza ha creado en millones de años de evolución, sino que será además una forma de poder cuidarnos a nosotros mismos, como miembros de dicho ecosistema, como quienes necesitan de él y deben protegerlo por su propio bienestar, evitando los desequilibrios que puedan terminar con nuestra supervivencia, que destruyan la belleza y la armonía de la naturaleza, que dejen marcas imborrables en ella y pongan en peligro la vida. Nuestra responsabilidad es total frente a estos problemas y por lo tanto debemos actuar en consecuencia para asegurarnos la vida que nos pertenece y la de los demás seres vivos que sufren estos cambios sin poder hacer nada al respecto.